Cuaderno de bitácora del capitán James Fart
Año 2354.
25 de abril
Hemos encontrado una nave vagando sin rumbo por el espacio intergaláctico. La hemos identificado como la Atlantis 25, que según la base de datos salió de la Tierra hace 1 mes y no ha respondido a las indicaciones de la terminal desde hace 3 días terrestres.
Hemos intentado, sin éxito, comunicarnos con ella.
Mañana realizaremos acoplamiento para abordar la nave.
Año 2354.
26 de abril.
Hemos entrado en la nave y el espectáculo era dantesco.
Cuerpos inertes flotando por toda la nave.
No hay signos de violencia, no hay ninguna causa lógica para estas muertes salvo una terrible realidad.
La comprendimos, por suerte, antes de abrir los trajes espaciales. Todo quedó claro. Solamente hubo que atar cabos.
El cuerpo del capitán estaba en su dormitorio. Bajo él, escrito con un punzón en su mesa de trabajo, la sentencia terrible:
EL QUE LO HUELE, DEBAJO LO TIENE
Esto, unido a los restos de alcachofas fritas en la cocina, ha explicado lo ocurrido:
Estos pobres mentecatos cenaron alcachofas fritas y al día siguiente sufrieron sus consecuencias: El meteorismo en condiciones de ingravidez no funciona como en la tierra. El metano y el hedor queda flotando en el aire de manera permanente, al no tener nada sobre lo que posarse.
Los pobres infelices murieron, todos, asfixiados por un pedo.
Es horrible.
Pero eso no es lo peor:
Estamos condenados. Al acoplar la nuestra nave a la suya, nuestras atmósferas se han mezclado. Ahora no podemos quitarnos los trajes espaciales.
Solamente disponemos del oxígeno de los tanques para exterior.
Tenemos que elegir entre morir por falta de oxígeno y morir apestados.
Nadie se quita el traje.
Cuaderno de bitácora. Año 2354. Día 1 post pedo.
Nos desacoplamos de la nave fantasma, sabedores de que nosotros seremos los próximos en morir.
Todos tenemos los trajes aún puestos.
El oxígeno se agota.
No hay salida.
Cuaderno de bitácora. Año 2354. Día 2 post pedo.
Se abre la esperanza. Hemos encontrado un planeta desconocido con atmósfera respirable dentro de nuestro rango de alcance.
El plan es llegar a él y abrir las putas ventanas para que esto ventile.
Ahora mismo veo el planeta por la ventana del puente de mando. Es azul, es hermoso. Es nuestra única esperanza.
Cuaderno de bitácora. Año 2354. Día 3 post pedo.
Algo terrible y, a la vez, hermoso, ha ocurrido.
El planeta estaba habitado. Y digo estaba.
Según nos hemos acercado a la superficie hemos podido ver unas terribles criaturas de forma aracniforme y grandes mandíbulas con pinta de ser poco amistoso. Había miles de ellas. Y ellas también nos han visto.
Han corrido hasta nuestro punto de aterrizaje. Teníamos que haber buscado un sitio más alejado, tal vez habríamos podido. Pero estábamos sin aire.
Nuestra sobrecargo ya se había desmayado.
Nos debatíamos entre morir por pedo y morir devorados por aquellas criaturas.
Todos eligieron que nos comiesen.
Tomamos tierra. Las criaturas nos tenían rodeados. Eran miles y nuestra munición, escasa. Medían más de dos metros cada una.
Nos colocamos en las puertas, dispuestos a morir matando.
Me despedí de todos. Les dije que había sido un honor servir con ellos.
Abrimos las puertas. Y entonces pasó:
La peste concentrada del pedo de alcachofa salió de la nave con una inmensa onda expansiva. Las criaturas saltaron por los aires, como si fuese una bomba nuclear.
No sé si queda algún animal superior sobre la superficie del planeta, pero lo dudo.
Ahora hemos ventilado la nave y la peste del pedo se ha posado. Hemos podido quitarnos los trajes y estirar las piernas en tierra.
¿Y sabéis qué? ¡En este planeta hay brócoli!
Es la única planta que he identificado pero nuestro cocinero sabía hacerlo al ajillo, como mi madre. ¡Cuánto tiempo comiendo comida deshidratada! ¡Qué bien nos ha sabido a todos un buen planto de brócoli para cenar!
Mañana a primera hora embarcaremos y partiremos rumbo a la tierra. Son 3 semanas de viaje. ¡Qué ganas tengo de ver a mi familia!
Cuaderno de bitácora. Año 2354. Día 4 post pedo.
La situación es ahora peor que antes.
El brócoli. El maldito brócoli. Ninguno de nosotros pensamos en que era peor que las alcachofas.
Ahora estamos en el comedor, mirándonos unos a otros, flotando en gravedad cero. Escuchando las tripas de los demás rugir. Observando los abdómenes distendidos.
El primero que se rinda, nos matará a todos.
No llegaremos a la tierra.
Última anotación en el cuaderno de bitácora del capitán James Fart, encontrado cadáver en el espacio exterior junto a toda su tripulación.
En la recuperación de los cuerpos hemos perdido a 16 valerosos hombres antes de darnos cuenta de lo que ocurría. El Señor los tenga en su Gloria.
Os pido perdón por esto. Ayer venía en el coche inventándome un cuento con los niños y, entre ellos y yo, salió esto. No podía evitar compartirlo.
Comentarios